Soy la palabra que no espera
el ruido que hace hablar a tu silencio
el nudo de la cinta de tu pelo
la mirada que quiere subir a tu marea

El canto de esperanza en el asfalto
los dedos torpes que sueñan con tu espalda
las amarras de un barco encallado
el asesino sin culpa ni redada

Desde mi ventana

Desde mi ventana

martes, 10 de marzo de 2009

Déjame

Déjame pensarte sola, a bordo,
sin acompañante, ni a tu costado ni al frente,
sin otro particular
que te salude atentamente.

Déjame soñarte de a ratos,
o al menos, pensarte en plena vigilia,
tratando de llevarte volando
a algún buen puerto,
que contigo no necesito soñar,
si verte es como soñar despierto.

Dèjame imaginarte como
si estuviéramos en plena guerra,
librando batallas en las que sos y seràs
el soldado que defiende mi frontera.

Déjame acariciarte,
de los pies a la cabeza: el cuello, la espalda,
esa piel (al menos, a mis ojos) aterciopelada,
sin hacerte el amor: mejor dejemos que èste nos haga.

Déjame llegar, sentirte, besarte,
dulce y caluroso, suave,
con pasión contenida,
con ganas, con apuro, pero sin prisa que,
al fin y al cabo, hoy es siempre todavìa.

Sino...tan solo...déjame

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